Martina es toda una princesita, le encanta todo lo que tenga que ver con danza, el violeta y la purpurina.
Así que preparamos una comunión de ensueño como ella quería, pero con un toque rustico. La temática fueron las margaritas; y los colores el blanco y el amarillo. El lugar escogido por la propia Martina fue en Can Baladia, cuando vio la sala Burriach ella se giró hacia su madre y le dijo “mamá aquí lo quiero hacer!”.
Cuando Patricia (mamá de Martina) me llamó y me dijo si le podía ayudar a preparar la comunión de su hija, supe que iba a ser muy especial y emotiva. Y no me equivoqué.
Nos pusimos manos a la obra para diseñar la decoración, los detalles para los invitados, los detalles para los niños, la Candy Bar, el photocall, la mesa de firmas, etc. A Patricia le encantan las manualidades así que no dudó ni un minuto, en llenar toda la casa de cajas y de imprimibles comprados en Todo Bonito, con la temática escogida para ayudar a decorar.
Y por fin llegó el día! Nada más entrar al salón del restaurante lo hizo con un tango (una canción que tiene mucho significado para su padre), así que ya nos emocionamos todos, incluida ella.
Martina como regalo de comunión no quería otra cosa que volver a Argentina para ver a sus abuelos maternos que tanto hecha de menos. Así que hice un billete de avión con destino Argentina, que metí dentro de una caja para que sus padres le pudieran dar la gran sorpresa.
Fue una comunión preciosa, llena de sentimiento, de emociones y de sorpresas.
Muchas gracias por dejarme ser parte de algo tan especial. Y muchas gracias al equipo de Albert Canalejo fotografía, Maria Garcia Perruquers (por dejarlas tan requeteguapas), Can Baladia y Passtissets de Colors. Es un placer siempre trabajar con vosotros.
Aquí tenéis las fotitos.
Feliz viernes!!
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